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No temas al primer día de trabajo

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No temas al primer día de trabajo

La vida son etapas y una de las más importantes para la mayoría de las personas es aquella en la que uno proyecta su carrera profesional y afronta un nuevo puesto de trabajo, ya sea por primera vez o porque considera que es el momento idóneo para cambiar de sector.

Así, y aunque no sea el primer trabajo, la primera vez que se entra a trabajar a una nueva empresa se despiertan nervios y temores, debido a la incertidumbre y a lo desconocido: entorno laboral, jefes, compañeros de trabajo, nuevas funciones y un interminable etc. De esta forma, se puede considerar un momento complicado, pero clave en el desarrollo y éxito tanto personal como profesional. Antes de tomar la decisión, es bueno informarse sobre el nuevo ámbito laboral al que nos dirigimos y contemplar si es preciso tomarse un tiempo de transición entre un trabajo y otro.

De todas formas, si estás pasando por una situación similar o estás pensando en aventurarte a cambiar de trabajo, esta semana en Galicia Business School queremos contarte, en menos de cinco minutos, todo lo que debes saber para hacer frente, con la mejor actitud posible, al primer día de trabajo.

Los seis mandamientos del primer día de trabajo

1- Ni se te ocurra llegar tarde: uno de los aspectos que se valoran en cualquier trabajador es la puntualidad y el comportamiento que desarrollen con la empresa. Si es importante cumplir con unos horarios en cualquier jornada normal, mucho más lo es, si cabe, el primer día. Por lo que te aconsejamos que llegues incluso antes de lo previsto.

Para evitar imprevistos puedes estudiarte la ruta previamente por Google Maps, lo que te proporcionará ciertas garantías y te calculará un tiempo estimado de llegada. Contempla el tener sitio para aparcar (en caso de que vayas en vehículo propio) o de que dispones de alguna parada bien interconectada con la oficina.

Por el contrario, si vas a empezar a trabajar de forma remota, no tienes tanto problema a la hora de calcular los tiempos, eso sí, cuida el espacio y conéctate con mucha puntualidad.

2- No tengas miedo en preguntar: los primeros días de trabajo suelen ser agotadores e incluso un poco confusos por la cantidad de información que recibes: nombres, herramientas, procesos, áreas, departamentos…Es completamente normal que te surjan cuestiones, por lo que no dudes en preguntar. De esta forma estarás demostrando que tienes un interés real en su discurso y que realmente estás implicado con la organización.

3- Presentarse es importante: al igual que tus jefes y compañeros se presentarán y te contarán qué función desempeñan dentro de la empresa, es importante que los nervios no te jueguen una mala pasada. Puedes escribir un pequeño texto en casa que te sirva de presentación (quién eres, de dónde vienes…), de forma que te lo aprendas y lo puedas transmitir de manera natural en las conversaciones que vayan surgiendo a lo largo del día.

4- Organízate y relájate: el primer día de trabajo puede llegar a ser sumamente estresante por la cantidad de estímulos a los que estás expuesto. Para reducir esa sensación de agobio, organízate el día anterior e intenta descansar bien. Adquirir esta actitud te permitirá gestionar mejor la carga de trabajo, sobre todo si entras a un entorno basado en la cultura del excesivo perfeccionismo y competitividad, en donde se pone especial atención a los resultados.

5- Tus expresiones corporales dicen mucho: no solo es importante lo que dices, sino cómo lo dices. Adquiere ciertos hábitos que indirectamente denotarán interés por tu parte:

  • Siéntate erguido.
  • Mira a los ojos cuando estén entablando una conversación contigo.
  • Sonríe siempre y cuando el contexto se preste para ello.
  • También te puede ayudar ser atento: hazte con las expresiones que utilizan en la empresa, facilitará tu comprensión futura.

6- Prepárate para cualquier situación y recuerda todo: si haces un esfuerzo por adaptarte e integrarte, es más probable que adquieras mayores responsabilidades en un plazo de tiempo menor. Además, también puede facilitar tu adaptación el que conozcas los distintos departamentos y quien forma parte de cada uno de ellos.

Hay cosas que no debes hacer

1- No salgas antes de tiempo y sin las cosas acabadas: aunque tengas un horario flexible, no cometas el error de ser el primero en irte. Asegúrate de que dejas lo que se te ha asignado en el día hecho, y pregunta antes de irte si es necesario que hagas algo más. Causarás buena impresión e implicación por tu parte en el proyecto.

2- No impongas tu criterio: puede que seas una persona que tiene muchas ideas. Lo importante es que primero analices las dinámicas de trabajo y valores la participación de tus compañeros. Una vez que te sientas más integrado/a, aprovecha e intenta compartir tus ideas y opiniones, pero recuerda que tu forma de pensar no está por encima de la de los demás, por lo general se suele tratar de un equipo de trabajo.

3- Deja el móvil a buen recaudo: da muy mala imagen que te pases el día conectado, respondiendo a las notificaciones de tu smartphone. Pese a que los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta de trabajo más, durante los primeros días evita caer en la tentación de ojear lo que pasa en el mundo virtual, dejando el móvil guardado a buen recaudo. Es la mejor forma de empaparse de la filosofía de la empresa.

Las personas de tu entorno son muy importantes

Como en todo, la forma en la que te relacionas con las personas es clave en tu desarrollo profesional y personal. Por eso te recomendamos que encuentres a tu compañero de trabajo perfecto, es decir, aquella persona que te acerque a otros contactos y que te abra las puertas para acceder al resto de compañeros. Además, te explicará de primera mano cómo es el jefe o el ambiente en general.

En este caso es relevante el tamaño de la oficina, puesto que cuánto más grande sea, más posibilidades tendrás de relacionarte con gente.

¿Sabes cómo ha afectado el Covid-19 a la disposición de las oficinas?

El Covid-19 ha provocado que las empresas se diesen cuenta de que los puestos de trabajo individuales ya no eran tan necesarios. La gente ha teletrabajado durante mucho tiempo, adaptándose así al espacio. Trabajaban desde las mesas de la cocina, escritorios, desde el sofá, cualquier medio era válido para el desarrollo de la jornada laboral.

Por ello, y con el objetivo de que la gente no se sienta enclaustrada en un puesto, las organizaciones han empezado a crear espacios abiertos,  colaborativos y diáfanos en los que poder realizar reuniones, innovar, conectar y respirar la cultura corporativa de la empresa. Lo que se persigue es que las oficinas sean espacios de mayor interacción humana.

Antes de terminar este post recuerda:

“no tenemos una segunda oportunidad para causar una primera impresión”. 

Y para terminar

📝Por si no lo conocías, te traemos un término para que amplíes o refresques tu vocabulario en el ámbito laboral:

CAPITAL INTELECTUAL: se entiende como la toma total de todos los activos intangibles que una organización ha transformado en conocimiento y valor añadido. Se caracteriza por producir grandes beneficios a largo plazo.