El ABC de un buen compañero de trabajo
No es la primera vez que en este blog hablamos de la cantidad de horas que pasamos en la oficina, porque seamos sinceros, son muchas horas. En un espacio en el que invertimos tanto tiempo en el día a día, lo ideal sería que tuviésemos una relación idílica con nuestros compañeros de trabajo.
Compañeros con los que pudiésemos salir a tomar el café a diario, contarnos las anécdotas del fin de semana, amenizar algún momento en la oficina con algún comentario gracioso o simplemente sentirnos arropados. En algunos casos se da esta situación y en el mejor de ellos, alguno de los compañeros puede llegar a convertirse en amigo.
Pero siento deciros una cosa queridos lectores, la realidad en la mayoría de las ocasiones dista mucho de ser así. Los niveles de competitividad existentes hoy en día y la regla del «todo vale» por cumplir los objetivos individuales, convierten a las personas en auténticas narcisistas obsesionadas consigo mismas, sin que les importe pisar a nadie por conseguir aquello que desean.
Nosotros creemos y defendemos el propiciar un buen ambiente de trabajo. Por este motivo, esta semana en Galicia Business School queremos contarte, en menos de cinco minutos, las reglas básicas para convertirte en un gran compañero de trabajo.
Hazte las primeras preguntas
Como decíamos al principio, pasamos una media de 6/8 horas al día en el trabajo, por lo que es necesario rodearse de personas constructivas, que aporten cosas positivas. Además, e inevitablemente, rodearte de personas positivas convierte la jornada en algo más agradable.
Es muy fácil querer tener buenos compañeros de trabajo, pero ¿tenemos nosotros mismos esa predisposición hacia los demás? Con esto nos referimos a la capacidad y actitud para ser un excelente compañero. Recordad una cosa: las relaciones (sean del tipo que sean) no funcionan si no existe la reciprocidad. Ya me lo decía mi profesora en infantil: trata a los demás, como te gustaría que te tratasen a ti (¡y qué gran verdad!).
Qué caracteriza a un buen compañero
Respeto como base de todo
Sin respeto no se va a ninguna parte. Para poder respetar a las personas, hay que entender que todos somos diferentes, lo que no significa que alguien sea superior o inferior a nosotros. Por ello, es clave dirigirse a los demás con consideración y amabilidad.
Saber compartir los recursos disponibles
Puede que los recursos de los que dispone la empresa sean uno de los focos principales de conflicto entre los empleados. En el contexto empresarial es recomendable diseñar y poner en práctica ciertos mecanismos para que todos los empleados se puedan beneficiar de los recursos ofertados en igualdad de condiciones.
Ofrecer orientación cuando se requiera
¿Quién no ha tenido un mal día en el trabajo? ¿Quién no ha parado de mirar el reloj contando las horas para volver a casa? Es normal tener un mal día y no sentirse siempre igual, de lo contrario me estaría dirigiendo a máquinas y no a personas.
La clave está en ser empático y ponerse en la piel de otros. Esto facilitará que, en ocasiones, los compañeros recurran a ti cuando necesiten ayuda con alguna cuestión en la que tú les puedas complementar.
Asumir con madurez los errores de los demás
¿Alguna vez os ha pisado un compañero? Hay personas que disfrutan haciendo públicos los errores de los demás. Pensarán que les aporta una ventaja competitiva frente a otros compañeros y la verdad es que nada más lejos de la realidad.
Ser un buen compañero consiste en reconocer cuando uno se equivoca y colaborar cuando el error es de otra persona, con la intención de poder subsanarlo.
Saber escuchar
Antes de nada, cabe recalcar que no es lo mismo oír que escuchar. Estamos constantemente oyendo cosas; las teclas del ordenador, el abrir y cerrar de las puertas, los ascensores…Sin embargo, escuchar implica estar pendiente y atento a lo que otra persona te está contando, de forma que te impliques en el relato. Y esto es importante a la hora de relacionarte con otras personas en el ámbito laboral.
No pienses en competir, es más inteligente cooperar
Las personas que compiten son las que describía, al principio de este post, las de la regla del «todo vale». Personas centradas en sus objetivos individuales y a las que les da igual lo que tengan que hacer con tal de estar por encima de los demás.
Por el contrario, cooperar implica trabajar por conseguir unos objetivos comunes, que beneficien al equipo y a la empresa en su conjunto.
Celebra los logros de tus compañeros como si fuesen tuyos
Llegar a este punto es para aquellas personas que han logrado gran confianza en sí mismos y que son conscientes de su valía como persona y como profesional. Es tan o casi más importante alegrarse de los logros de otros que de los de uno mismo, puesto que reflejan cómo eres como persona.
Las buenas personas y, en consecuencia, los buenos compañeros, reconocen los aciertos de los demás, otorgándoles el valor que les corresponde.
Los mandamientos del buen compañero
- Te comunicarás de manera clara: para ello tendrás que aprender a coordinar tu lenguaje verbal y corporal, teniendo presente que ambos son exactamente igual de importantes. Cuando tengas que hablar de cosas importantes que afectan a tu persona, no hables en primera personal del plural, sino en la primera del singular. Sé claro (puedes serlo siempre y cuando no pierdas las formas).
- Pedirás comentarios para autoevaluarte: conocer las opiniones que otros compañeros tienen de ti frente a determinadas actitudes o formas de trabajo, no solo les hará ver que tienes en cuenta su opinión, sino que también será una herramienta útil para poder mejorar aspectos que, de cara al público, se pueden cambiar.
- Expresarás tu opinión:de la misma forma que te esforzarás por escuchar a los demás, expresarás tu opinión cuando consideres necesario. Si lo haces de manera correcta, podrás contribuir al éxito de la empresa y mejorarás tus habilidades comunicativas.
- No tendrás miedo a preguntar: pregunta, pregunta mucho y no tengas miedo a hacerlo. Si tienes dudas en el trabajo y consideras que alguien podría resolvértelas y ayudarte a hacer algo mejor, busca a la persona idónea para ello.
Puntos clave que definen a un mal compañero
- No suelen saludar y viven siempre en su mundo o directamente avionean.
- No suelen pedir las cosas por favor y tampoco agradecen.
- No les importa interrumpir a los demás cuando lo consideran oportuno.
- No respetan las ideas y el trabajo de los demás.
- Por lo general suelen ser personas egoístas y acostumbran a difundir rumores.
Por el contrario, ¿qué define a un buen compañero?
En términos generales, la bondad debería prevalecer por encima de otras muchas cosas. De forma inteligente, ser un buen compañero de trabajo favorecerá positivamente el clima laboral. En resumen, las cualidades de un buen compañero no distan mucho de las que definen a una buena persona.
- Lleva el respeto por bandera. Aunque no esté de acuerdo, respeta las opiniones de los demás y es capaz de tener un debate tranquilo.
- Es humilde. Un buen compañero sabe cuándo ha cometido un error y no le cuesta reconocerlo.
- Es empático. Ayuda a los demás en momentos de dificultad y es capaz de mostrarse comprensivo ante los problemas personales de los compañeros.
- Sabe dónde no meterse. A nadie le gusta que le pisen su trabajo sin avisar, puede que porque sentimos que alguien considera que no somos lo suficientemente válidos para desempeñar las funciones asociadas al puesto. Un buen compañero no se meterá en terreno ajeno, a no ser que le pidan ayuda.
Y para terminar...
📝 Te traemos un término, que quizás no conocías, para que amplíes tu vocabulario en este ámbito:
Mobbing: también conocido como acoso laboral. Se trata del conjunto de acciones que se llevan a cabo de forma individual o en grupo para dañar psicológicamente a un compañero.