Teoría de los 21 días: ¿cómo aplicarla en la empresa?
En los últimos años hemos podido observar como los bulos se difaman en segundos, los mitos se convierten en historias reales y como el engaño ha pasado a formar parte de nuestro día a día.
Existe una teoría conocida como «El mito de los 21 días». ¿Será esto verdadero o es simplemente una técnica de seducción más de los marketers?. Esta semana en Galica Business School te contamos el origen de esta teoría, los factores que intervienen y la manera de aplicarla en tu vida profesional en menos de cinco minutos.
Origen de la teoría
Esta idea fue originada por William James, un psicólogo y filósofo estadounidense, en una de sus publicaciones (Principios de la psicología, 1890). En el libro dedica un capítulo entero a exponer su visión y opinión sobre los hábitos.
Según el psicólogo, el cerebro asimila las cosas de manera gradual, de forma que, dependiendo de la persona y de los factores a los que esta se exponga, tardamos aproximadamente 21 días en crear un hábito o una rutina.
Pero, ¿qué es un hábito?
Según la RAE, un hábito es un modo especial de proceder adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas.
William James se esfuerza por unir el hábito con la plasticidad cerebral. Aunque parece algo difícil de entender, es realmente sencillo. La plasticidad cerebral es la capacidad del sistema nervioso para cambiar la estructura y funcionamiento a lo largo de su vida, adaptándose a la diversidad del entorno.
Entonces, cada cambio que hagamos o al que nos sometamos en nuestro día a día afecta al sistema nervioso. Así, para incorporar al circuito un nuevo hábito es necesario trabajar la parte subconsciente del cerebro, que se encarga del aprendizaje y de los recuerdos.
Factores que determinan la capacidad de adoptar nuevos hábitos
Existe una gran variedad de factores que pueden afectar a la adopción de rutinas y al mantenimiento de las mismas. Algunos de ellos son los que ponemos a continuación:
- Motivación: pregúntate cómo de importante es para ti lograr esa rutina.
- Persistencia: capacidad para mantener el esfuerzo a lo largo del tiempo.
- Disciplina: se debe seguir adelante a pesar de la pereza y la falta de ganas. Debes ser exigente contigo mismo.
- Ambiente: busca un entorno que te apoye y te facilite el comportamiento que deseas.
- Autoconocimiento: debes conocer tus fortalezas y debilidades para determinar de qué forma lograrás el objetivo.
Ahora bien, ¿mito o realidad?
Las opiniones sobre el tema son variadas. Hay quien respalda la teoría y la justifica, como por ejemplo el doctor Maxwell Maltz, quien la confirmó ya en la década de los años 50.
Maltz era un conocido cirujano plástico y escritor de la Universidad de Columbia. Estableció un patrón de 21 días para que una imagen mental establecida desaparezca y consolide una nueva. Lo respaldó basándose en sus pacientes, quienes tras operaciones estéticas o amputaciones se acostumbraban a su nueva imagen transcurridas tres semanas aproximadamente.
Para él este análisis tenía todo el sentido del mundo y era aplicable potencialmente al resto de aspectos de la vida humana. En especial, a la creación y habituación de las nuevas rutinas, ya que la imagen que tiene uno de sí mismo y las conductas que crean guardan una estrecha relación.
A pesar de la gran variedad de subcorrientes de esta teoría, como la de los 66 días, hay quienes defienden que incorporar dicho hábito depende del nivel de esfuerzo que requiere más que del número de días. En el otro extremo, hay quienes creen que es inviable.
Parece imposible aclararse o formar una opinión consolidada, por eso ésta es una teoría tan controvertida. Lo que puede ser la solución para algunos puede ser motivo de hundimiento para otros.
Aplicación en la empresa
Poner en práctica esta teoría puede ser muy beneficioso para los empresarios ya que ayuda a mejorar la productividad, la eficiencia y el bienestar.
Nosotros no podemos decirte a ciencia cierta si esto es real, pero sí podemos darte una serie de consejos que te ayuden a mantener rutinas saludables en el estudio y en el trabajo.
- Establece metas claras y alcanzables: define unos objetivos realistas diaria o semanalmente.
- Crea un horario: dedica un pequeño rato cada día al estudio y trata de ser constante.
- Elimina distracciones: a la hora de trabajar o estudiar es común que nos distraigamos con facilidad. Trata de buscar mecanismos que te ayuden a minimizarlas o eliminarlas.
- Descansa regularmente: las pausas son igual de importantes que el trabajo, no te abrumes y haz pausas breves.
- Practica el autocuidado: para ser constante y consciente a veces es necesario poner atención en nosotros mismos. Duerme suficiente, come saludable, ejercítate y dedica tiempo a actividades que te relajen.
- Sé flexible: no todo está en nuestras manos, puede ser que surjan contratiempos. Mantén el enfoque en tus objetivos a largo plazo.
En GBS ofrecemos variedad de recursos y apoyo para ayudarte a inculcar rutinas beneficiosas de estudio y trabajo.
Si estás interesado en conocer nuestra metodología de estudio y de trabajo, visita nuestro sitio web o ponte en contacto con nosotros.
Y para terminar…
📝Te traemos un término relacionado para que amplíes tu vocabulario:
Neurociencia: disciplina científica que estudia el sistema nervioso y todos sus aspectos.