Qué y dónde son las preguntas trampa al pensar en estudiar un máster

Seguro que se te ha pasado por la cabeza estudiar un programa de posgrado o un máster. Quizá quieras completar la formación de una licenciatura o grado, quizá estés pensando en mejorar tu actual posición laboral. En cualquier caso, la primera pregunta para volver a estudiar que se te pasará por la cabeza suele ser el qué: ¿qué máster hacer? ¿un MBA? ¿un máster de marketing digital?¿un programa más tecnológico?¿algo de inteligencia artificial?

La segunda cuestión, en la inmensa mayoría de los casos sin haber sido capaces de dar respuesta a la primera, es el dónde: ¿dónde lo hago? ¿qué oferta tengo cercana? ¿qué hay en Madrid o fuera? ¿puedo hacerlo on line?

Y si no fuera suficiente con ser capaces de resolver esas dos dudas, a poco que indagues ya habrás entrelazado las variables del precio y la duración: ¿puedo asumir ese coste ahora? ¿puedo dedicar tantas horas mientras trabajo? ¿es compatible con mi situación actual? ¿se puede financiar? Antes de que te des cuenta, es probable que te veas comparando modalidades de pago y cuotas de préstamos.

Olvídate. Volvamos juntos al principio. La primera pregunta no debe ser qué estudiar. La primera pregunta debe ser un porqué. Y la respuesta al porqué, no debes confundirla respondiendo al para qué. Son muy similares, es verdad. Ahora mismo estarás intentando encontrar el matiz que marca la diferencia, fíjate, es muy sencillo: el porqué responde a las razones, a las causas, estando su respuesta mirando al pasado.

Un para qué, responde a la finalidad, a lo que esperas que suceda en adelante, mira hacia el futuro.

Un porqué puede estar motivado simplemente por tu deseo de aprender sobre un tema que te apasiona o entusiasma; si no pudiste acercarte antes a las nuevas tecnologías y sientes que te estás perdiendo los inicios del desarrollo de la inteligencia artificial o si siempre quisiste saber más de los fundamentos del marketing y la publicidad, estás encontrando ahí tus respuestas a por qué estudiar. En el mismo sentido, puede venir provocado por una formación deficiente o escasa en un área que ahora te está haciendo falta. Nada más obvio para responder a un porqué en formación, que necesitarla para tu desempeño actual.

Un para qué, por el contrario, es finalista. Para cambiar de trabajo, para mejorar mi posición laboral, cargo o incluso para cambiar de sector. Para acceder a nuevos estudios o a nuevos puestos directivos dentro o fuera de tu organización actual, para aspirar a conseguirlos en otras para las que te haría falta, para cambiar de ciudad, para mejorar tu calidad de vida. Estás pensando en estudiar para cambiar tu futuro.

Empieza por aquí, por qué estudiar, para qué estudiar. Si eres capaz de identificar tus motivaciones y visualizar tus objetivos, tendrás claro cuántos recursos, esfuerzo y tiempo, también económicos, podrás dedicar a conseguirlo. Para cubrir una necesidad menor, encontrarás opciones, pero si los objetivos resultan ser determinantes o cruciales para tu futuro, no los dejarás en manos de una entidad al azar y seleccionarás aquella que te aporte total seguridad y confianza.

Mucha suerte en tu reflexión para saber por qué y para qué quieres estudiar. Si crees que en algo te podemos ayudar, y sin ningún compromiso, no dudes en contactarnos.

Por Javier Represas Seoane, Relaciones corporativas y docente en Galicia Business School y CEO en Kala Investments.