Oratoria: el arma secreta de las empresas de éxito
¿Cuántas veces no has sabido cómo expresarte en una reunión o ante compañeros de trabajo? Una buena capacidad de oratoria es cada vez más necesaria en el ámbito laboral, independientemente del puesto o del ámbito en el que desempeñes tus funciones. Además, la globalización y la implantación de nuevas tecnologías ha favorecido y aumentado la interacción entre las empresas.
No es nuevo el hecho de que no todas las personas nacen con dotes para la comunicación, puesto que en muchos casos se trata de una habilidad que hay que trabajar y perfeccionar con el tiempo. Por este motivo, formar a los empleados con herramientas de comunicación puede aportar mucho valor a la organización en su conjunto, sin que requiera de una gran inversión.
Como creemos que un buen discurso puede propiciar ventajas competitivas, esta semana en Galicia Business School queremos contarte, en menos de cinco minutos, las características que debe albergar un buen orador y los beneficios de escoger a buenos ponentes en las conferencias o eventos que organice tu empresa.
¿En qué consiste la oratoria?
Para ponernos un poco en contexto vamos a definir en primer lugar qué se entiende por oratoria. Se considera el «arte de hablar en público de forma efectiva», es decir, la capacidad de poder comunicar ideas y mensajes de forma clara ante un público.
¿Puede desarrollar habilidades en oratoria cualquier persona de la organización?
Que todos los empleados de una organización practiquen y mejoren sus dotes comunicativas propiciará muchos beneficios para ellos mismos y para la empresa en su conjunto:
- Los empleados sentirán más confianza en sí mismos.
- Los empleados entenderán mejor sus responsabilidades y tareas si las ideas se comunican de un modo claro y autoritario. Esto evitará la formulación de preguntas innecesarias o que el trabajo a desempeñar no quede bien definido.
- La escritura y el habla están estrictamente comunicados, por lo que, si las personas hablan de forma correcta, también se expresarán de la misma manera en sus escritos.
- Potencia el pensamiento crítico individual. Cuando elaboras un discurso debes de pensar en tus argumentos y en las posibles preguntas que puedan surgir de los mismos. Esta situación propicia que el individuo se tenga que anticipar a la situación, valorando todas las opciones posibles.
Conoce las características de un buen orador
Controla el tiempo
Cuando realizas una exposición en público y controlas el tiempo, quiere decir que la presentación se ajusta a los límites impuestos previamente. Jugar con el tiempo y tener un control total sobre el mismo, es imprescindible a la hora de impartir cualquier ponencia, presentación, etc.
Para que no cometas el error más común: pasarse de tiempo, te recomendamos que practiques una y otra vez de forma que sepas perfectamente cuánto te lleva plasmar tus ideas y que juegues con un pequeño margen de error. Además, si el discurso es largo, sepáralo por fases y cronometra cada una de ellas por separado.
Gestiona el temido miedo escénico
En este apartado no queremos obligarte a que superes el miedo escénico, sino a que lo domines para que, pese a que lo sufras, transmitas a tus oyentes que tienes la situación bajo control.
Puede que en algunas ocasiones hayas sentido uno o varios de los siguientes síntomas:
- Sudor en las manos
- Enrojecimiento
- Temblor en la voz
- Movimientos nerviosos de manos
- Cruzar las piernas
- Agarrar intensamente las notas o bolígrafos
Para comprobar si aparecen alguno de estos síntomas, puedes grabarte e intentar corregirlos, para transmitir una postura más tranquila y relajada. También te puede ayudar estructurar el discurso: inicio, desarrollo, conclusión.
Una vez que tienes identificadas y controladas esas tres partes, es el momento de que incluyas algún gancho o llamada de atención para avivar el discurso y que no se convierta en algo plano y aburrido.
Domina el lenguaje no verbal
El lenguaje no verbal es prácticamente igual o incluso más importante que el lenguaje verbal. Es el complemento a lo que cuentas y en muchas ocasiones, amplifica tu mensaje.
Evita errores comunes como mirar al suelo, utilizar las manos en exceso o quedarte rígido en el escenario. Te proponemos que te familiarices con el espacio, sepas emplear correctamente las notas (aunque mejor sin ellas para evitar mirarlas en exceso), y distribuyas proporcionalmente la mirada entre los oyentes.
Uso de la voz
En este apartado cobra mucho protagonismo la dicción, es decir, que vocalices correctamente y se te entienda al hablar.
Una vez que te hayas cerciorado de que tienes una buena dicción, juega con los tonos para resaltar palabras clave e incluso puedes jugar con la entonación para simular diferentes voces.
Apoyos visuales minimalistas
Seguro que alguna vez has visto un power point lleno de texto, en el que sentías presión a la hora de leer todo el contenido antes de que se cambiase de diapositiva. Es probable que hayas sido tú mismo el que haya diseñado una de esas presentaciones. Pues la verdad es que tenemos que decirte que mal, muy mal.
Las diapositivas deben ser minimalistas y entendidas como un complemento visual al discurso. Algunas características que deben presentar son las siguientes:
- Número reducido de palabras por diapositiva.
- Pocas diapositivas mejor que muchas.
- Usa más imágenes y menos texto. Ah, ¡asegúrate de que sean de calidad!
Exprime tu creatividad
No ser creativo implica que tus presentaciones se puedan llegar a convertir en algo plano y aburrido.
Un recurso recurrente es utilizar metáforas, símiles o historias que ejemplifiquen lo que se intenta transmitir.
El éxito de una ponencia recae sobre la elección del ponente
El nombre del ponente en un evento o conferencia interfiere directamente en el número de asistentes, en función del interés que despierte. Aunque la figura del conferenciante hace mucho, también el contenido que se va a compartir y las sinergias que se puedan producir.
Puede que en algunas ocasiones sea complicado estar al 100% convencido de que la persona a la que vas a seleccionar es la correcta. A continuación, te ofrecemos algunos consejos para tomar la mejor decisión:
- Evalúa su grado de conocimiento y especialización sobre la temática de la que va a hablar.
- Investiga si tiene experiencia previa en congresos o conferencias.
- Determina si es más rentable que el ponente de la conferencia de forma online o presencialmente en un espacio definido para ello.
Te proporcionamos algunas de las claves que creemos que debe tener un buen ponente
- Que sea una persona con iniciativa e interés: aunque la persona en la que has pensado para la ponencia no pertenezca al sector, si es lo suficientemente buena sabrá adaptarse al entorno y hacerse con el público.
- Feedback en redes sociales: si realmente se toma en serio su trabajo, revisará todas las redes sociales y responderá aquellas dudas que hayan podido quedar en el aire.
- Se vestirá correctamente: adaptándose al protocolo del evento y al code dress del mismo.
- Será consciente de su argumentación: preparará su exposición pensando en las posibles preguntas que puedan surgir, con la intención de generar debate.
Si quieres aplicar estás habilidades comunicativas al sector trabajo, te proponemos la lectura de otros dos post de nuestro blog a través de los que descubrirás cómo destacar en tus entrevistas de trabajo y también trucos para darle una vuelta y elaborar un buen CV.
Y para terminar...
📝 Te traemos un término, que quizás no conocías, para que amplíes tu vocabulario en este ámbito:
- Ademán: movimiento corporal a través del que se transmite una sensación o emoción.