Los impuestos de las grandes multinacionales: el fin de los dobles irlandeses y los sandwiches holandeses
Nuestro profesor asociado, Pablo Penas, comparte con nosotros un resumen de su artículo publicado en la Revista Balance Mercantil nº91 – IV trim. 2016:
El 30 de agosto un titular sacudió el mundo empresarial: la Comisión Europea (CE) instaba al Gobierno irlandés a exigir a Apple 13.000 millones de euros en impuestos atrasados más intereses por beneficios fiscales indebidos. Se trata del último capítulo en una serie de acciones destinadas a acabar con los beneficios tributarios de algunas empresas (la CE estima el tipo efectivo de IS de Apple en Europa en el 1% desde 2003 y de tan sólo el 0,005% en 2014). La novedad es tanto el importe (la mayor deuda fiscal jamás reclamada) como el tirón de orejas al Gobierno irlandés.
Muchas multinacionales americanas emplean técnicas como el “Doble Irlandés” (p.ej: Apple) o el “Doble Irlandés con Sandwich Holandés” (p.ej.: Google, que movió 10.700 millones a través de Holanda a Bermudas en 2014, pagando un tipo efectivo del 6% por sus beneficios fuera de EEUU. Posiblemente usted pagó más IRPF en 2014 que Facebook IS en Reino Unido con una actividad de más de 1.000 millones de euros (tributó 4.327 libras). Estas prácticas reducen la recaudación entre 77.000 y 188.000 millones de euros al año en todo el mundo, según la OCDE.
La ingeniería fiscal no juega solamente con el tipo impositivo, sino que permite manipular los ingresos y márgenes que se reconocen en cada país. Las grandes multinacionales americanas suelen emplear sus filiales europeas para mover sus beneficios fuera de EEUU a Irlanda, país que les pide un 12,5% de sus beneficios, en lugar de, por ejemplo, el 28% español. Pueden aplicar trucos para que el beneficio de un país desaparezca y reaparezca en cualquier otro lugar y luego aplican los “dobles irlandeses” y “sándwiches holandeses” para no pagar ni el tipo reducido local. El aspecto más polémico de esta práctica es que no solamente pagan menos, sino que las arcas públicas españolas apenas reciben dinero por sus ventas en España y las de Irlanda se ven injustamente beneficiadas. Las operaciones intragrupo les permiten literalmente decidir el beneficio a declarar en España cambiando únicamente el precio de éstas.
Si estudiamos detenidamente las cuentas de Google y Apple en España veremos cómo lo aplican. Es sorprendente, por ejemplo, comprobar que las tiendas de Apple (Apple Retail) le dan a la empresa de la manzana un beneficio de un 1% a pesar del precio y la popularidad de sus productos. Si analizamos las cuentas anuales, el negocio real y la factura impositiva de Apple y Google en España llegaríamos a la conclusión de que apenas pagan impuestos porque reducen artificialmente tanto sus ingresos como sus márgenes. Apple declara €335 millones en ventas cuando su actividad real se sitúa en unos 3.100 y Google 67 millones frente a una realidad en torno a los 800. Aparte de sólo declarar aprox. el 10% de su negocio, su rentabilidad real debería estar en un rango de un 20-30%, frente a la declarada de un 2% y 8% respectivamente (en el caso de Apple contando tanto Apple Retail como Apple Marketing Iberia). Suponiendo una rentabilidad de un 22% (media aproximada de los últimos 3 años en ambas empresas) tras el pago de un 28% de IS, nos daría a título orientativo que Apple debería haber pagado unos 265 millones de IS el año pasado y Google 87 (en lugar de 6,5 y 2,2 respectivamente, aproximadamente el 2,5% de lo que les correspondería).
Estas cifras nos llevan a la conclusión de que multinacionales como Apple y Google están declarando en Irlanda en torno al 90% de su actividad real en España y que el 10% que declaran lo hacen manipulando de forma artificial, tal vez legal pero poco ética, su beneficio. Por eso no es sorprendente que Hacienda esté investigando sus cuentas y que distintas autoridades fiscales en otros países hagan lo mismo.
Las empresas del IBEX 35 pagan tipo efectivo del 10% sobre su Ebit, pero como el Ebit no incluye el apalancamiento la realidad es que pagan un 23% de su beneficio antes de impuestos frente a un 28% de tipo nominal teórico, un ahorro de unos 5 puntos porcentuales o 1.650 millones de euros.
Comparado con las multinacionales americanas, nuestras empresas parecen pagar religiosamente, pero para ser justos deberíamos analizar también lo que pagan las empresas americanas a nivel global. Apple ha pagado durante los últimos años un tipo efectivo del 26% (frente al nominal del 35% en EEUU), principalmente debido a su filial irlandesa, respecto a Google, su tipo efectivo ha oscilado entre el 17% y el 21% en los últimos 3 años.
Las multinacionales suelen obtener una gran parte de sus ventajas fiscales fuera de sus mercados de origen y, en realidad, las grandes tecnológicas americanas no se diferencian tanto de nuestras empresas, sino que explotan las ventajas de acuerdos con terceros países que les permiten evitar una gran parte de su factura impositiva en países de la UE, fundamentalmente.
Pero algo está cambiando. El Gobierno irlandés ha declarado en 2014 que pondrá fin a los “dobles irlandeses” en 2020. A nivel comunitario, se ha modificado la Directiva de cooperación administrativa para aumentar la transparencia, obligando a los países miembros a intercambiar datos entre ellos y con la CE desde 2017. En 2015, la OCDE lideró el acuerdo BEPS o “Erosión de la Base (Imponible) y Traslado de Beneficios”. Se trata de la primera iniciativa global para cortar los excesos de evasión fiscal por parte de las multinacionales. Sin embargo, la implementación de las medidas es, hasta la fecha, lenta y poco efectiva.
Las propias empresas en tela de juicio también están adaptándose, reduciendo el volumen de negocio que canalizan a través de Irlanda (p.ej.: Facebook) y llegando a acuerdos con distintos Gobiernos para ponerse al día en impuestos atrasados (p.ej.: Apple pagó 318 millones de euros al Gobierno italiano y Google 130 millones de libras al británico).
Hagamos una importante reflexión. ¿Debería la Comisión sancionar, aunque sea indirectamente, a la empresa que se beneficia de un acuerdo preferente con un Gobierno o al estado miembro que lo ha firmado? El problema de estas multas es que introducen inseguridad jurídica y una eventual guerra fiscal con EEUU, que ya ha anunciado represalias si Bruselas continúa con la sanción. Aunque su objetivo sea muy loable, la forma de intentar alcanzarlo es errónea según The Economist. Adicionalmente, con 2 billones de dólares en beneficios de las empresas americanas fuera de EEUU que todavía no han tributado en ningún país, EEUU puede imponer un impuesto bajo para que sus empresas repatríen el dinero en lugar de dejar que la UE sea la que se beneficie, lo que redundaría en mayores pérdidas para los países europeos, que recibirían una inversión mucho menor y perderían recaudación de otros impuestos como Renta de los trabajadores o IVA, generados por la actividad de las multinacionales. Como dice el refrán, el infierno está lleno de buenas intenciones y el cielo de buenas obras.
Un curso de acción alternativo es el “diverted profits tax” británico, creado específicamente para evitar que continúen estas situaciones, obligando a las empresas que evadan impuestos a tributar un 25% en el país desde abril de 2015. Las ventajas de este enfoque son que crea unas nuevas reglas de juego sin carácter retroactivo y permitirá recuperar el dinero evadido desde su entrada en vigor, sin entrar ni en guerras fiscales entre países ni juicios contra las empresas.
Amazon anunció un mes después de su entrada en vigor que declarará todos los ingresos en Europa en los países donde se produzcan. Con la obligación en Reino Unido y al ser la empresa con menos que perder al adaptarse en el resto de la UE, ha aprovechado para salir reforzado como el primer paladín de la nueva fiscalidad justa.
La sociedad ha tomado conciencia de los abusos tributarios cometidos por muchas multinacionales y existe un alto grado de “consenso” sobre la necesidad de acabar con ellos. Sin embargo, las diferencias en la forma de recorrer el camino son notables. Las sanciones con carácter retroactivo pueden ser contraproducentes. Son preferibles nuevas reglas de juego para nuevos tiempos. Independientemente de cómo avance cada país, algo ha cambiado y parece que los Google, Apple, Facebook, Amazon… se enfrentarán también al fisco de todos los países en los que operan. Los tiempos en que pagaban menos impuestos que usted o que yo han llegado a su fin.
Pablo Penas
Licenciado en Admón. de Empresas por Escuela de Negocios Caixanova, Máster en Gestión Internacional de la Empresa por ICEX/ CECO, MBA por INSEAD y DEA por Univ. Autónoma de Madrid. Es un profesional con más de 11 años de experiencia en consultoría, habiendo trabajado como Senior Manager de Consultoría de Negocio y Senior Manager responsable del sector Retail en EMEA en Neoris. Compagina su actividad profesional con la docencia, siendo “Professor of Management” de la Universidad de Siracusa en Madrid y Profesor Asociado de Galicia Business School, entre otros.