La manera en la que relacionemos estrategia, innovación y competitividad será una de las claves del éxito (parte 2).
La semana pasaba hablábamos de que existen tres elementos que pueden ayudar a consolidar una empresa y a contribuir a su éxito: estrategia, innovación y competitividad. ¿Pero existe una fórmula perfecta para hablar de estos términos?
Marcos Urarte, Director de Pharos y Profesor asociado de Galicia Business School, aborda estos tres aspectos en un artículo publicado en la revista Harvard Deusto – Business Review.
Hoy hablaremos de los otros dos pilares fundamentales: innovación y competitividad.
INNOVACIÓN
La innovación no es hacer cosas distintas, sino hacer lo mismo de forma distinta y que las innovaciones más radicales se produzcan en modelos de negocio, lo que está al alcance de cualquier empresa, y muchas veces no cuesta dinero.
Las innovaciones en modelos de negocio son aquellas que nos pueden garantizar el futuro y son mucho más difíciles de copiar.
La innovación debe estar centrada en el cliente y, por eso, la pregunta clave es esta: ¿qué nos está comprando el cliente? Tenemos que innovar en lo que estamos vendiendo, pero fundamentalmente en lo que te compran. La innovación debe tener un sentido y un objetivo y, por supuesto, hay que llegar a su implantación porque si no se convierte en una mejora de nuestra organización, realmente no aporta nada.
La innovación no nos cae del cielo, ni es inspiración divina, sino que es una cultura. Las empresas más innovadoras del mundo cuentan con esta cultura, y desde hace muchísimos años dejan un tiempo libre a sus profesionales para que lo puedan dedicar a crear ideas vinculadas al negocio, como Google o 3M. Son ideas que no vienen desde la cúpula de la organización, sino que surgen desde cualquier nivel.
COMPETITIVIDAD
Tras haber analizado el pilar de la estrategia y la innovación, surge el siguiente dilema: Productividad vs. Competitividad. El gran objetivo de una empresa es la competitividad. La productividad es la mirada interna de la empresa, pero lo fundamental, donde nos jugamos nuestro destino, es la mirada externa; es decir, cuando el mercado nos compara con nuestros competidores y decide a quién compra.
La competitividad es mucho más que la eficacia operativa (buen producto, precio adecuado y distribución eficaz). La competitividad es el resultado de la suma de dos variables, “la eficacia operativa” y “la diferenciación percibida”, la imagen que se transmite, es decir, el posicionamiento percibido.
Otra pregunta crucial que debe realizarse toda empresa es si está orientada al producto o al cliente.
¿Cómo es la fórmula de la competitividad?
Productividad: Cuanto mayor sea la productividad de nuestra empresa, mayor podrá ser la competitividad.
Precio: Para plantearnos una estrategia en precio, el factor que deberemos gestionar no es el precio, sino el coste.
Posicionamiento: Imagen, marca y reputación conforman los aspectos más relevantes del posicionamiento.
Personas: El talento de nuestra organización llama a más talento.
País: La competitividad del país o de la región, las infraestructuras, las políticas de I+D, la financiación disponible, los clusters tecnológicos, etc.
Innovación: Ya se ha hablado anteriormente de este factor, presente también en la competitividad de las empresas.
Cultura: Cómo nos orientamos al cliente, vocación de servicio, cohesión y alineamiento interno, valores, etc. No son nuestros valores definidos, son nuestros hábitos.
A todos los ingredientes de la fórmula de la competitividad es necesario sumarle la confiabilidad y credibilidad. Es decir, nuestros clientes deben creernos y confiar en nuestra propuesta de valor.
No compiten las empresas, sino sus propuestas de valor, y cada una de ellas debe estar soportada en diferentes modelos de negocio.
Marcos Urarte
Ingeniero Industrial, ingeniero de Sistemas por la Universidad de Fujitsu Limited en Tokio, Programa Dirección por IESE, Diplomado en Control de Gestión por ESADE y Diplomado en Dirección Comercial y Máster en Marketing por EADA. Director de Pharos y profesor asociado de Galicia Business School. Además, es también profesor en diferentes Escuelas de Negocios y universidades de España y Latam.