Carta abierta de un exalumno de Galicia Business School
Para nosotros las valoraciones de nuestro alumnado son vitales. Por ello, al finalizar el año académico, además de encuestas, nos gusta contactar directamente con los participantes de los diversos programas de la escuela para ver qué les ha parecido nuestra formación. Como respuesta, este mes recibimos el mensaje de un profesional que, para ser sinceros, nos ha dado todavía más fuerza para encarar septiembre con las pilas cargadas.
Francisco José Nomdedéu es Director General de Agrocantabria. A continuación, os dejamos con las palabras de Francisco, que formó parte de nuestro Programa Avanzado en Marketing Digital:
“Digitalización”, “Nuevas Tecnologías”, “Empresa 4.0”, “Marketing Digital”, “Internet de las cosas”, etc. son conceptos que están plenamente interiorizados por los gestores empresariales, son conceptos muy familiares o que al menos deberían serlo. Y digo esto porque la “Revolución Digital” ha llegado, es una realidad, y casi sin darnos cuenta se ha convertido en un sistema de herramientas fundamental para los profesionales de la gestión empresarial.
El Mundo está viviendo una enorme transformación de un alcance que difícilmente se había visto hasta ahora. Muchas de las cosas que nos enseñaban en las Facultades y Escuelas de Negocios están siendo revisadas o superadas a un ritmo vertiginoso. Lo que hace unos años, pocos tal vez, 20 no más – y eso es una fracción de segundo en la evolución del mundo de los negocios- nos parecía revolucionario, extraño, a veces incomprensible, a quienes nos encontrábamos enfrascados en el transcurso de nuestros estudios en una Facultad cualquiera, hoy son ya conceptos más que interiorizados y generalizados. A estos cambios y nuevas teorías asistíamos como espectadores. Hoy, como Ejecutivos de empresa, vivimos una era de profundo cambio y transformación con la era digital, y tenemos el privilegio, no de verlo desde las aulas, sino de ser partícipes y actores principales en su extensión y aplicación al mundo empresarial.
Mi asistencia a dos conferencias celebradas en Francia me hizo pensar. Por un lado, el autor Yves Mourieux, del Boston Consulting Group, decía que, tras más de 20 años, la productividad en los países desarrollados estaba estancada porque las organizaciones aplicaban estructuras y técnicas organizativas antiguas y superadas. Y, por otro lado, el norteamericano Brian Solis, quien nos presentó su libro “The End of Business as Usual” en una extraordinaria conferencia, ahondaba acerca del impacto que la transformación digital y las nuevas relaciones Empresa-Cliente y Cliente-Cliente tendrían, no solo en el futuro más inmediato, sino también en el presente, y cómo las empresas que no se adaptasen desaparecerían sin remedio. Ambas conferencias me condujeron a una profunda reflexión: ¿Cómo me afectaba todo esto a mí como Ejecutivo de una empresa? ¿Qué estaba haciendo yo como decisor empresarial en un mundo que está cambiando de forma vertiginosa y rompiendo las antiguas formas y estructuras de la gestión empresarial? La respuesta es que yo no era consciente de hasta qué punto no me estaba implicando de forma adecuada en el cambio que estamos viviendo.
Así, tomé la decisión de acercarme, o más bien, entrar de lleno en el mundo digital. Quería conocer más, de qué manera podía aplicar esto a mi actual organización para mejorarla, para que estuviera preparada y aprovechase las oportunidades que la digitalización ofrece, y en lo personal crecer profesionalmente.
Tras mucho buscar, descubrí que en Galicia tenemos una Escuela de Negocios de reciente creación, Galicia Business School, y que esta Escuela ha tomado un camino firme y decidido por un modelo educativo que da enorme importancia a las nuevas tecnologías y a la transformación digital, estructurando sus planes de estudios en este sentido. Además, al frente del proyecto se encuentra una persona cuya trayectoria no me era desconocida por alguna conferencia suya a la que asistí y el seguimiento que hice a su carrera profesional, una persona de gran inteligencia, inquietud profesional y creatividad, Eduardo García Erquiaga. Así decidí seguir el Programa Avanzado en Marketing Digital de Galicia Business School, y mi decisión no pudo ser más acertada.
El cuadro de profesores es excelente, personas de enorme trayectoria profesional, reconocidos en el mundo empresarial y académico, de esos que dan clase porque se han batido el cobre en la trinchera empresarial y saben de lo que hablan. El contenido del Programa tiene una enorme aplicación práctica: todo aquello que los profesores nos han transmitido a los alumnos lo he venido aplicando con éxito en mi actual organización, y la transformación es evidente. Y lo mucho que queda aún por hacer, pero la trayectoria iniciada no tiene vuelta atrás y contribuirá, porque ya lo está haciendo, a mejorar aspectos críticos de mi actual compañía. La comunicación, la relación cliente–empresa y cliente–cliente, abrir nuevas líneas de negocio a través del mundo online, la mejora de la productividad en los procesos, el manejo de mejor información, vital para la toma de decisiones acertadas.
Un Ejecutivo de empresa que busque formarse, debe elegir siempre la mejor opción, aquí no valen atajos o soluciones a medias, y en Galicia Business School, tanto las empresas como los profesionales van a encontrar la mejor formación. Práctica, directa, concisa, rigurosa, y de inmediata aplicación práctica que es lo que buscan las empresas y profesionales, además impartida por gente que sabe lo que tiene entre manos, profesionales de prestigio y completamente implicados en su función docente, como dice “nuestro director”, Eduardo, “Gente buena y buena gente”.
Queremos agradecerle a Francisco Nomdedéu estas palabras que, de verdad, nos han llenado de pleno. Es un auténtico placer contar con un profesional de su nivel en nuestra, cada vez más creciente, Comunidad Galicia Business School.
La satisfacción personal alcanzada por un alumno después de nuestras formaciones es uno de los principales motores que nos ayudan a continuar. No entendemos una formación de calidad sin que remueva conciencias, sin que haga replantear los «cimientos» del alumno. Y, por supuesto, no concebimos una formación que no aporte una aplicación directa en el día a día laboral, y también personal. Y, por fortuna, cada vez es más patente que lo estamos logrando.